Oruga bolillera

 

Control de oruga bolillera en soja

 

Introducción:

Fuimos consultados telefónicamente sobre el control de oruga bolillera en un cultivo de soja. La consulta puntual fue para conocer nuestra experiencia en el control de dicha plaga ya que no lograban tener un buen control con la actual empresa.

El Ing. Agrónomo nos comento que ellos exigían la aplicación de 20 lts. de caldo por hectárea, y el tratamiento debería ser de forma inmediata.

Nos trasladamos hacia el establecimiento ubicado al sur de Córdoba y nos encontramos con un cultivo de muy buen porte, con una altura de 1,20 mt sembrada a 42 cm. El ingeniero nos comento que habían observado que no lograban matar a las orugas que se encontraban en la parte inferior de la planta. El tratamiento anterior se había realizado hace 7 días, en condiciones optimas de humedad, temperatura y viento, inclusive nos comentaron que habían estado presente en la carga de los químicos en el avión, por lo que estaban un poco confundidos por el mal resultado obtenido.

La dosis indicada para la aplicación era de 0,700 cc de clorpirifos, 0,15 cc de cipermetrina y 1 litro de aceite agrícola.

Luego de un intenso intercambio de opiniones y criterios, se formo una interesante conversación, ya que nosotros planteamos efectuar un tratamiento a 10 litros de caldo por hectárea pero prestando especial atención al tamaño de gota. Nuestro planteo consistía en que deberíamos buscar un espectro de pulverización, con un tamaño de gota en el rango de 100 a 250 micrones.

A nuestro criterio en la aplicación anterior no se utilizo un tamaño de gota adecuado, haciendo que la pulverización del insecticida no derive y penetre dentro del follaje. Nosotros consideramos que este punto es muy importante, ya que es bien sabido que es fundamental impactar con el producto en la oruga para lograr matarla.

La única forma de lograr ponernos de acuerdo con el agrónomo encargado fue cuando le garantizamos lograr un mínimo del 85% de control, si no lográbamos esta meta no pagaría la aplicación.

 

El día después:

Esa mañana preparamos el avión y el caldo siguiendo nuestros estrictos protocolos, y esperamos que se hicieran las 8 am. Las condiciones eran excelentes, 70% de humedad y 18Cº de temperatura. El único problema era que no había viento.

A las 8:15 comenzó como esperábamos, a soplar el viento norte con una intensidad en aumento de 5 a 8 km/hora. Al llegar al lote se comenzó la aplicación a 10 litros de caldo por hectárea. Buscamos la altura adecuada para lograr la correcta penetración del pulverizado y utilizar la deriva del producto para lograr llegar al tercio inferior de la planta. También achicamos el ancho de trabajo, ya que se trataba de un cultivo con un alto índice de área foliar.

Ese día terminamos las 520 has solicitadas, el control fue del 94/96% a las 48 hs de aplicado.

En conversaciones posteriores logramos demostrar la importancia de trabajar con tamaño de gota. Este es un típico ejemplo donde lograr no solo el tamaño adecuado sino también la homogeneidad en el tamaño de la gota es importante, ya que aquellas gotas inferiores a 100 micrones tienen una gran perdida por evaporación, y aquellas superiores a 300 micrones son muy grandes y solo impactan en la parte superior de la planta.

No solo logramos solucionar el problema, sino que ganamos un nuevo cliente que nos lo agradeció con un muy buen asado.